Uno de los políticos de más predicamento en los últimos tiempos ha afirmado recientemente que los que no son comunistas son mala gente. La afirmación merece ser examinada a la luz de la Historia universal.
El 19, el emperador convocó a los electores y a los príncipes para resolver cuál debía ser el destino de Lutero. En esta ocasión, Aleandro se encontró presente. Sin embargo, en contra de lo que hubiera deseado el nuncio, la discusión no zanjó el problema y, finalmente, se acordó solicitar un plazo para poder reflexionar mejor sobre el asunto. El emperador aceptó concederlo, pero antes se preocupó de dejar sentado cuál era su postura:
Todos sabemos que, a lo largo de nuestra vida, se presentan momentos de dificultad. En ocasiones, esa dificultad puede llegar incluso a lo dramático. En ocasiones así, las respuestas son diversas.
El primer libro de Samuel concluía con un episodio especialmente trágico. Israel había sido derrotado en el campo de batalla por los filisteos y Saúl y sus hijos yacían muertos. La vida de David se desarrollará ahora de manera diferente mostrando claroscuros muy acentuados.
A mediados del siglo XVI, en el monasterio jerónimo de san Isidoro del Campo de Sevilla, tuvo lugar un curioso episodio. Los monjes comenzaron a estudiar la Biblia de forma sistemática y, de manera acelerada, abrazaron la causa de la Reforma.
Confieso que hay ocasiones en que me veo sumido en el más profundo estupor. Estuvo a punto de sucederme hace unos días cuando una política afirmó que los piropos deberían ser ilegalizados.