El segundo viaje misionero (XVII): las cartas a los Corintios (IV): La primera carta a los Corintios (III)
Nuestra vida – seamos conscientes o no de ello – discurre de acuerdo a la visión que tenemos. Esa visión puede ser, en ocasiones, sensata y madura, pero no es menos cierta que puede resultar también egoísta, fría, enloquecida o cruel.
El viaje de Ciudad del Este a Asunción en el automóvil de R se resiste a cualquier descripción cabal. Creo que sólo me atrevería con ese empeño si alguna vez decido adentrarme en los procelosos terrenos de la novela gótica.
Les contaba ayer que, tras la exposición en la iglesia menonita, nos encaminamos a ver las cataratas de Iguazú. En realidad, la aventura comenzó el día antes. Tras una de mis conferencias, R se ofreció a llevarnos a mi asistente y a mi a ver este prodigio de la Naturaleza por el lado brasileño.
La experiencia en Ciudad del Este con la que concluirá mi primera semana en Paraguay no dejó de ser singular. De entrada, por primera vez en mi visita – y única – voy a estar alojado en un hotel agradable.
Voy a hacer gracia a mis lectores de tener que soportar la lectura de lo que fue el viaje a Paraguay.
Debería comenzar hoy la anunciada serie sobre Guatemala, pero he tomado la decisión de anteponerle otra dedicada a mi paso por Paraguay que concluyó ayer.
El segundo viaje misionero (XVI): las cartas a los Corintios (III): La primera carta a los Corintios (II)
Creo recordar que aprendí esta canción en un campamento para jóvenes un par de años después de mi conversión.
Se acerca la fecha del ilegal referéndum independentista impulsado por los nacionalistas catalanes y se multiplican las encuestas. Al parecer, la bochornosa charlotada la podrían ganar los secesionistas por la sencilla razón de que los partidarios de la democracia y de la legalidad en su mayoría no acudirían a votar.