Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba nunca fueron fáciles. El coloso del norte fue a la guerra contra España en 1898 fundamentalmente para evitar que Cuba se convirtiera en un estado emancipado de su control.
La Historia de España se vio trágicamente trastornada como consecuencia de la política matrimonial de los Reyes Católicos.
Se recuerdan estos días los setenta y cinco años del estreno en Atlanta, Georgia, de la versión cinematográfica de Lo que el viento se llevó. No es una conmemoración fácil en Estados Unidos porque, desde hace décadas, la película es considerada políticamente más que incorrecta.
El informe reciente del senado de los Estados Unidos ha colocado ha calificado como “brutal e ineficaz” el modo en que se comportó la CIA con reclusos aprehendidos en la denominada “guerra contra el terror”.
Quizá deba atribuirse a testarudez personal, pero, las tesis martilleadas por distintas agencias en el sentido de que Putin es un nuevo Stalin – como mínimo, zar – y de que los nacionalistas ucranianos son demócratas, no me convencen.