El esfuerzo fiscal en España es, gracias al desaparecido Montoro, el más elevado de la Unión Europea. A decir verdad, según multitud de especialistas, resulta abiertamente confiscatorio.
Era yo un adolescente tranquilo y, a la vez, inquieto cuando leí por primera vez La fuerza de amar, quizá el libro más popular de Martin Luther King.
La semana pasada, estuve por dos veces en el programa El Espejo. La segunda fue el viernes y tuvimos ocasión de charlar de cuestiones como China, la matanza de Tiananmen y el futuro de las dictaduras comunistas.
Después de un prolongado goteo de anuncios, el ciudadano español – convertido en súbdito por Montoro, según la Declaración de Granada – cuenta con la lista completa de ministros, ministras y ministres del gabinete de Pedro Sánchez.
El segundo gran discurso (10: 5-31) (II): la misión de los apóstoles
La semana pasada, Mariano Rajoy se despidió señalando su orgullo por dejar tras de si una España mejor que la que encontró. Objetivamente hablando, esa afirmación no es verdad.
Debía yo andar por los siete u ocho años y recuerdo que era un día del Libro. Paseaba con mi padre cuando mis ojos quedaron atrapados por una llamativa fotografía en la que la blanca silueta de un velero se recortaba contra un cielo hermosamente azul.