No olvidaré la escena. Había quedado citado en un restaurante cercano a Colón con un amigo ruso. Como suele suceder, llegué antes. Entretenía la espera leyendo cuando vislumbré su figura en la entrada.
Al concluir el día de descanso prescrito por la Torah, María Magdalena, María de Santiago y Salomé compraron algunas hierbas aromáticas con la intención de ir a ungir al difunto al día siguiente (Marcos 16, 1).
El Canto del Siervo contenido en el libro del profeta Isaías hablaba de que el personaje en cuestión, “tras haber puesto su vida en expiación” vería luz (Isaías 53, 10-11), es decir, volvería a vivir.
Conozco esas calles. Atravesándolas, llegué al centro de Bruselas y me acerqué a los símbolos de la Unión Europea. La última vez, lo hice invitado por el parlamento europeo – era el único español – para pronunciar una ponencia sobre el impacto del islam en Occidente.
Llegaron las primarias en el estado de la Florida y sucedió lo que algunos habíamos anunciado no porque nos agradara sino porque saltaba a la vista. Donald Trump se impuso sobre Marco Rubio y, de esa manera, arrojó al joven senador fuera de la carrera por la nominación.
Hace mucho, mucho tiempo, tanto que me parece una vida anterior, tuve una novia vasca. Ese amor adolescente duró unos meses y, como si fuera un cohete, se elevó, apasionado y ardiente, por el espacio hasta que estalló y ya no fue.
LA IDEOLOGÍA DEL JUDEO-CRISTIANISMO EN EL ISRAEL DEL SIGLO I (XI): LA CRISTOLOGÍA (XI): ¿Rindió culto a Jesús el judeo-cristianismo del siglo I d. J.C. asentado en Israel?