Me levanté esta mañana con malos presentimientos. No me atribuyan dotes paranormales porque lo mismo la causa pudo ser una mala digestión, pero lo cierto es que he abierto la prensa por internet y, ¡paf!, ahí estaba la noticia de que el teatro La Guindalera había cerrado.
La semana pasada recibí de un lector varias fotos antiguas donde descubrí la imagen del Enanito cruel. No recuerdo su nombre – todos le conocían por el mote – pero recuerdo que fue mi profesor de Ciencias naturales por dos cursos.
Los últimos días – diría que la última semana– ha resultado rebosante de emociones. Primero, fueron las sucesivas despedidas en el programa La Voz que nos emocionaron a todos desde Isaac Jiménez a María Jesús Alfaya pasando por Roberto Centeno, Pilar Muñoz y Sagrario Fernández Prieto.
La dimisión de David Cameron – sí, en Gran Bretaña, los presidentes del gobierno asumen responsabilidades e incluso dimiten – ha abierto la puerta a que una mujer vuelva a ser la inquilina del 10 de Downing Street. Pero antes de ella - y siempre se recordará - estuvo Margaret Thatcher.
LOS PRIMEROS CRISTIANOS LAS FUENTES ESCRITAS (VI): FUENTES CRISTIANAS (IV): Las obras de la escuela joánica (I): el Cuarto Evangelio[1]
Las recientes muertes de Alton B. Sterling y Philando Castile, dos ciudadanos negros libres de toda sospecha, a manos de agentes de la policía y las posteriores represalias concluidas con el asesinato de varios agentes del orden en Dallas, Texas, han vuelto a colocar sobre la mesa un tema de sangrante actualidad en Estados Unidos. ¿Existe o no una batalla de la policía contra los negros?
Asisto con sorpresa a la noticia de que gente cercana al gobierno espera que España atraiga los bancos que, supuestamente, abandonarán Gran Bretaña tras el Brexit. El deseo es óptimo, pero no tiene el menor fundamento. Me explico. España, lamentablemente, lejos de atraer a grandes empresas las ahuyenta. Las razones son varias.