Este mes se han cumplido cincuenta años del fallecimiento de Azorín. Significativamente, salvo alguna excepción, está pasando casi desapercibido. No es eso lo que más me duele ni tampoco que no hayan aparecido numerosas ediciones conmemorativas de sus obras.
Está la vida que no deja uno de llevarse sobresaltos. Andaba yo repasando materiales de la Historia reciente cuando me he encontrado - ¡oh, horror de los horrores! – con una canción titulada Las chicas no tienen pilila de un grupo llamado Los inhumanos.
La semana pasada, Pedro Tarquis sostuvo conmigo una interesante conversación sobre la persecución de los cristianos. Espero que les interese. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Pocos personajes históricos han provocado, provocan y seguirán provocando una mayor controversia que Hitler.
La comisión que había llevado a Bernabé y a Saulo hasta Jerusalén se había cumplido de manera adecuada y cabe pensar que impulsó a los hermanos de Antioquia a meditar sobre las posibilidades de ampliar la misión entre los gentiles a otros territorios. La decisión finalmente se produjo en el curso de una celebración espiritual que la fuente lucana relata de la siguiente manera:
En puridad, nuestros estudios del Antiguo Testamento tendrían que haber acabado con Malaquías o, a lo sumo, con un Abdías difícil de fechar. Permítaseme el capricho de concluir con Rut porque, desde mi más que subjetiva opinión, constituye el engarce perfecto con lo que es el Nuevo Testamento.
Presencié con enorme atención el discurso pronunciado por el presidente Trump ante el legislativo.
Una de las ventajas de vivir en la hermosa ciudad de Dixieland donde resido es que los estrenos de Hollywood llegan con unos meses de antelación.
El 11-M marca un antes y un después en la Historia de España. También en la mía personal porque esas bombas me despertaron – vivía entonces cerca de la estación del AVE en Madrid – y porque nunca me olvidaré de las noticias que se fueron difundiendo lo largo del día, de la angustia creciente al ver cómo se manipulaba al pueblo español y del horror al contemplar cómo una sociedad mayoritariamente acobardada y ovejuna eligió a Rodríguez Zapatero para desgracia suya.