En los relatos de la trágica crisis venezolana que empeora casi a diario y que llena nuestros medios echo a faltar la mención de dos aspectos que resultan esenciales para analizarla cabalmente.
El islam español demostró desde sus inicios una exasperante incapacidad para crear un sistema político estable. El califato creado por Abd-ar-Rahmán III resultó brillante, pero no pasó de ser una estrella que declinó de forma acelerada tras la muerte de Almanzor. Luego vino la fitna, la división entre reinos de taifas que tuvieron que recurrir a los fanáticos integristas del norte de África simplemente para retrasar la Reconquista.
Me llega la noticia de que en una localidad del sur de esta gran nación han decidido suprimir la proyección del clásico cinematográfico Gone with the Wind, es decir, la película que, al menos en España, se estrenó bajo el título de Lo que el viento se llevó.
Señalaba Bertrand Russell que nunca escribía sobre filósofos que no hubiera leído. Permítanme que recuerde algunas historias de las que he sido testigo.
El segundo viaje misionero (XV): las cartas a los Corintios (II): La primera carta a los Corintios (I)
La salida de Iraguato ha sido realmente emotiva. Me voy con pena. Han sido unos días tan gratos, unas conversaciones tan extraordinarias, unos proyectos tan conmovedores que sólo puedo dar gracias a Dios, primero, y luego a esta gente estupenda.
Me recoge en el aeropuerto – ya he perdido la cuenta de los vuelos internos que llevo por los cielos de México – Elimelec Villicaña.
Mientras ando con este periplo mexicano, estoy intentando dejarles con algunos libros que les ilustren el paso por estas tierras.
Si Monterrey fue una experiencia breve e intensa – y primera porque es más que posible que vuelva incluso antes de que acabe el año – Saltillo va a ser todavía más intensa y dilatada.