Por supuesto, hubo gente a la que el relato no la convenció. Recuerdo que un crítico de cine de la época llegó a preguntarse qué hubiera sucedido si Ornella Muti – la simpática protagonista – hubiera sabido cocinar y no se hubiera quedado embarazada. Podía haberse preguntado también por su novio que no era el colmo de la madurez, pero la verdad es que no lo hizo.
Para gente que ande por la veintena – o incluso la treintena – y vea la película seguramente lo que aparece en la pantalla le resultará increíble. No lo es. Doy fe de que España era así a inicio de los años setenta. Para que una sociedad cambie sólo tiene que proponérselo el poder. La iglesia católica volvió España como un calcetín ya antes de que acabara la guerra civil. Luego vinieron otros que demostraron que no se trata de una cuestión de autoridad espiritual sino de contar con la legislación a mano. Es materia para reflexionar , pero también para darse cuenta de que, por ejemplo, las leyes de género no son irreversibles ni mucho menos. Sólo hay que proponérselo. Por cierto, la película está en youtube.