Hay gente que sólo sabe decir pestes del cine español.  Que una parte no pequeña del mismo es horrible admite poca discusión, pero no se puede generalizar.  En el terreno de la comedia y de la serie negra, no es infrecuente dar con películas españolas que resultan verdaderamente notables.  Es el caso de Los del túnel.  En los primeros minutos, nos encontramos con el derrumbamiento de un túnel en el que quedan atrapados varios vehículos.  Cuando, al cabo de una semana, son rescatados los supervivientes – uno muere – han concluido los créditos y comienza la película.  Así, vamos conociendo que la gente que ha salido del túnel – con una excepción – ven ahora la vida de otra manera y han decidido cambiar sus existencias.  El matrimonio con esposa alcohólica e infiel e hija jovencita y liada; los padres mayores con hija al que se le ha muerto el novio en el túnel; la joven enamorada del policía que, supuestamente, consiguió salvarlos del túnel; el inmigrante suramericano; la pareja de homosexuales de los que uno es concejal y otro no sabe cómo salir del armario; el delincuente juvenil y una excepción, el infeliz que intenta salir adelante, que tiene una esposa que atiende un establecimiento de fotocopias y una hija que no le habla.