Los motivos pueden ser distintos, pero la realidad es innegable. En esos momentos, es cuando más debemos dirigir nuestra mirada hacia Jesús. A decir verdad, no se puede mirar a sitio mejor. El que en medio de la tribulación contemple a Jesús de repente experimentará una visión totalmente distinta. Lo que parecía importante, de repente, surgirá ante nuestra mirada como innecesario, pasajero o desprovisto de importancia y aquello en lo que quizá no habíamos reparado absorberá nuestra atención. Para aquel que mantiene una relación real con Jesús – que es algo muy distinto de pertenecer a una confesión religiosa o practicar una religión – lo que digo le sonará familiar. Como brújula, Jesús no tiene parangón.
Eso es precisamente lo que cuenta este himno góspel clásico de una manera especialmente sencilla y conmovedora. Cuando se atraviesa por situaciones como las señaladas lo mejor que se puede hacer es dirigir la mirada hacia Jesús el mesías-siervo. Entonces la oscuridad se disipará gracias a su luz y se verá todo en su auténtica dimensión, el paso previo, ciertamente, para solucionar cualquier situación.
Les dejo con dos versiones del citado himno. Una es en inglés y la canta en su incomparable estilo Alan Jackson. La otra, en español, es de Hillsong United. Espero que las disfruten este día de sábado. God bless ya!!! ¡¡¡Dios los bendiga!!!
Ahí va Alan Jackson
Y aquí tienen el himno en una versión hispana