Esa alegría, esa seguridad, esa certeza es la que se percibe sobradamente en el tema góspel When the Saints Go Marching in o Cuando los santos vayan marchando. Escrita la letra por Luther G. Presley y la música por Virgil Oliver Stamps, la canción resulta extraordinariamente popular aunque es más que dudoso que, por ejemplo, en España sean muchos los que sepan que es una canción evangélica y que se entona con frecuencia en los entierros.
En la versión española, hay un verso que dice: “El amigo con quien iba se marchó antes que yo y dijimos de encontrarnos cuando los santos marchen ya”. Es cierto. Los que hemos conocido de verdad al Señor – poco o nada que ver con formar parte de una organización eclesial – sabemos que otros nos precedieron y que con ellos nos reuniremos y así será porque “no somos salvos por obras, sino por gracia, a través de la fe para que nadie se jacte” (Efesios 2: 8-9) y porque nuestra salvación la obtuvo, con su sacrificio realizado de una vez por todas (Hebreos 9: 26), y la preserva el mesías. Los que, por el contrario, se fían de una organización humana para esa salvación no pueden jamás tener esa certeza y tienen razón. A decir verdad, es lógico que así sea.
He escogido tres versiones de esta canción. Una pertenece al programa de góspel de los Gaithers y es la manera clásica en que se entonaría en cualquier iglesia evangélica. La segunda es la clásica de Louis Armstrong. Finalmente, la tercera, en español, corresponde a un coro de niños de una iglesia de la ciudad de San Pedro Sula en Honduras. Y, por cierto, uno de los paseantes por el muro ha dado con una versión en español de Amazing Love, la canción de la semana pasada. Se debe a Steve Green y aquí se la incluyo. Y como siempre God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Esta es la canción entonada de manera clásica en el programa de los Gaithers.
Aquí va la impagable versión de Louis Armstrong.
La canción entonada en español por un coro de niños en una iglesia evangélica en San Pedro Sula, en Honduras.
Amazing love en versión española cantada por Steve Green