La realidad política, nacional o internacional, dan últimamente para pocas alegrías. El televisor, la radio, el periódico nos arrojas al rostro espectáculos como democracias secuestradas, deudas públicas impagables, medios manipulados o consignas engañosas. A decir verdad, esas circunstancias son el pan cotidiano, amargo como el acíbar. Quizá por eso cuando,…