Del actual partido en el gobierno se podrían decir muchas cosas. Les ruego que me permitan que les cuente un episodio para que así, de la manera más indulgente, me permitan ustedes ser breve en la ulterior enumeración.
En las entregas previas he ido señalando algunos aspectos del mensaje de Isaías, pero es ahora cuando llega el momento de ocuparse de él con algo más de detenimiento.
El Frente Nacional ha arrasado en las elecciones locales francesas y ya hay gente que se encomienda a San Marx o a la Virgen de Lourdes ante lo que se avecina.
Algunos me afearán el que incluya a UPyD en la lista de partidos que concurren a las próximas elecciones porque todas las encuestas lo sitúan fuera del parlamento. Lo sé, pero creo que es de justicia no pasarlo por alto.
La geografía pesa enormemente en el destino de los pueblos. Ni Gran Bretaña se hubiera salvado de las invasiones ni España hubiera sufrido tantas de no ser la primera una isla y la segunda, un cruce de caminos entre el norte y el sur, entre Europa y África.
Fue hace muchos años. En concreto, la última temporada que dirigí La linterna en la cadena COPE. El destino de FJL ya estaba decidido y por más que él se empeñara en revertirlo ya se había decidido en las alturas que no seguiría dirigiendo La mañana. Responsables de su caída no fueron ni el rey ni Rajoy sino un desalmado cardenal que consideraba a FJL más amortizado que un pañuelo de papel tras sonarte en él las narices.