Lo dejó escrito Pablo de Tarso en ese texto maravilloso conocido como la carta a los Romanos. Tengo un amor especial por esa epístola porque leyéndola en griego hace más de treinta años me convertí y decidí entregar por completo mi vida a Jesús.
Señalaba en mi artículo anterior como la secesión de Cataluña tendría como efectos iniciales el desplome del comercio catalán, la salida de la eurozona y un reparto de la deuda que hundiría a la región en la bancarrota quizá en horas.
A la vuelta de unas semanas, los habitantes de Cataluña están convocados a unas elecciones autonómicas que el nacionalismo ha convertido en un plebiscito sobre la independencia.
Todo lo bueno – salvo la vida eterna – está llamado a tener un final. El I Campus literario no iba a ser una excepción. Lo pensé cuando Juan José me regalaba su libro sobre Bolívar a la hora del desayuno y yo me decía que echaría de menos su enorme erudición unida a una elegante humildad así como a su esposa Umbelina.
Como ya comenté ayer, el viernes por la noche nos trasladamos de Los Yébenes a Alcalá de Henares para pasar el fin de semana.