Si hubiera que buscar una figura que simbolizara el siglo de las Luces en España, sin lugar a dudas, habría que decidirse por Carlos III.
En el año 1973, se reunieron en París representantes de Estados Unidos y de Vietnam para entablar conversaciones con la finalidad de concluir la guerra. Los delegados norteamericanos reservaron habitaciones en un hotel para unas semanas; los vietnamitas, alquilaron una casa para dos años. El detalle puede parecer sin importancia, pero denota una noción del tiempo muy diferente.
A pesar de que en los últimos tiempos se ha puesto de moda atacar el bipartidismo, la realidad histórica es que los sistemas bipartidistas han sido por regla general no sólo más estables sino más flexibles a la hora de asumir la necesidad de reformas.
Hace un siglo, la población negra de Estados Unidos estaba sometida a una discriminación no pocas veces legal – el famoso “iguales, pero separados” – que la excluía de las escuelas, de no pocos puestos de trabajo y, por supuesto, de la política.
Hay quien asegura que el verdadero final de la UCD – el partido de centro derecha que pilotó la Transición – se sentenció con el nacimiento de la autonomía andaluza. Como todas las afirmaciones rotundas, ésta tiene su parte de exageración y su parte de verdad.
En 1882, en un día soleado, Louisa Stead, su marido y su hija Lily decidieron ir de excursión a Long Island Sound. Cuando se hallaban disfrutando del día, repentinamente, escucharon el grito de un joven que pedía socorro y el señor Stead acudió en su auxilio.
De entre los libros históricos pocos resultan más actuales y prácticos que el libro de Nehemías y es así porque detalla la manera en que una nación sumida en una profunda crisis social, económica, política y, sobre todo, espiritual emergió de ella.
Se ha puesto de moda en las últimas décadas despotricar contra Felipe V y considerarlo un rey invasor. Nada más lejos de la realidad.
Si, como he señalado en columnas anteriores, la China actual cuenta con una extraordinaria pujanza laboral y familiar como dos de los pilares de su éxito, una parte no menos relevante en esos extraordinarios resultados le corresponde a su política exterior.
Hace unas semanas vi la última película de Clint Eastwood sobre un francotirador norteamericano destinado en Iraq.