El ministerio profético siempre ha resultado dolorosamente molesto para el stablishment religioso. Es lógico que así sea. Mientras el sistema religioso suele insistir en que todo va bien simplemente porque el poder político se acuesta con él, los profetas tienen la costumbre de señalar las piezas que no encajan, apuntar al sufrimiento de aquellos que no tienen voz y resaltar la responsabilidad moral que va del rey al más miserable de sus súbditos.
La carta a los Gálatas constituye una de las piezas más notables no sólo del Nuevo Testamento sino de la Historia de las religiones. Probablemente, fue el primer escrito de Pablo de Tarso, redactado allá por el año 49, y, desde luego, uno de los primeros del cristianismo primitivo.
Me entero de que José María Aznar, posiblemente el mejor presidente de nuestra reciente Historia, anuncia la presentación de una denuncia por la revelación de datos relativos a sus declaraciones de renta y sociedades. Por un lado, sólo puedo felicitarle; por otro, me preguntó por qué sólo él ha tomado ese derrotero.
LOS PRIMEROS CRISTIANOS LA IDEOLOGÍA DEL JUDEO-CRISTIANISMO EN EL ISRAEL DEL SIGLO I (XVII): LA ANGELOLOGÍA DEL JUDEO-CRISTIANISMO DEL SIGLO I EN LA TIERRA DE ISRAEL (II): Ángeles y demonios en el judeo-cristianismo del siglo I en Israel
Tras una descripción de su llamamiento, los primeros capítulos de Jeremías están dedicados de manera clara a exponer cuáles son los pecados de Judá de los que debe arrepentirse si desea evitar el justo juicio de Dios.
En las dos entregas anteriores, he señalado algunas de las circunstancias que han llevado a China a convertirse en una superpotencia cuyos éxitos no se cifran especialmente en sus arsenales nucleares o en su ejército de varios millones de efectivos sino en una pujanza económica y una presencia internacional verdaderamente colosales.