Esta segunda sesión del seminario de teología contemporánea la dediqué a la Alta crítica atacando el libro del profeta Isaías. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Como otros años, llegan las vacaciones de La Voz y quien escribe en este blog también se las toma, eso sí, más tarde. Hasta que llegue ese momento, he decidido suprimir las secciones habituales de la semana – no las del sábado o el domingo que seguirán iguales – y sustituirlas por algunos seminarios que he impartido en el pasado. Así en estos días de julio, aparte de los artículos de actualidad de lunes y martes, contarán ustedes con dos seminarios muy concretos. El primero lo dediqué al estudio de la Teología contemporánea y el segundo se tituló Desenmascarando la izquierda. Espero que disfruten ambos. De momento, hoy les dejo la primera entrega del seminario de Teología contemporánea. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Como todas las guerras civiles, la guerra entre los estados ha tenido tratamientos bien diversos en el cine, pero, hasta hace relativamente poco, películas como Lo que el viento se llevó permitieron acceder a una visión de los vencidos que para algunos era molesta, pero que no andaba tan lejos de la realidad. Con todo, a mi juicio, la mejor película sobre la guerra entre los estados y la más claramente apegada a la realidad histórica es Dioses y generales. Dirigida por Ronald F. Maxwell sobre la base de una novela del mismo nombre escrita por Jeff Shaara, Dioses y generales relata el período de tiempo que va de la secesión de los estados sureños a la muerte del general sureño Stonewall Jackson tras la batalla de Chancellorsville. De hecho, la película concluye anunciando el enfrentamiento decisivo que tendría lugar en Gettysburg unos meses después.
Hace unos años, un conocido decidió emigrar porque estaba harto de sufrir la imposibilidad de prosperar en España y conocía de sobra la posibilidad de que le cayera encima algún esbirro de la Agencia tributaria para expoliarlo y luego cobrar su bonus. En el nuevo país, logró avanzar en su profesión y, muy pronto, se encontró escalando posiciones ligadas a sus resultados.
El día 1 de este mes, salió a la venta Un mundo que cambia y está teniendo un éxito clamoroso. En Amazon España es el número 1 en relaciones internacionales; el número 1 en las ultimas novedades en relaciones internacionales; el número 3 los mas deseados en relaciones internacionales; el número 3 los mas regalados en relaciones internacionales; el número 1 en ebook en relaciones internacionales y el número 3 en ebook en política. En Amazon Estados Unidos, Un mundo que cambia es el número 1 en ebook en Globalización; el número 54 en globalización y política; y el número 27 en Audio, en globalización. No sólo eso en inglés, en Amazon Estados Unidos, es ya el número 13 en globalización… ¡¡¡a pesar de que todavía no ha salido!!! No cabe la menor duda de que semejante éxito no habría tenido lugar de no ser por los oyentes de La Voz, los lectores de tantos libros, los miembros del grupo de Facebook de Los seguidores del Maestro y, last but not least, de Lluvia Agustín, mi agente, una agente dotada de un talento innegable y de una capacidad de trabajo extraordinaria.
Las porciones anteriores del evangelio han permitido que Lucas apunte a Jesús como el mesías. No es poco, pero la cuestión de fondo no es sólo si Jesús es el mesías sino qué tipo de mesías era. ¿Sería el mesías que tomaría el templo y echaría a los romanos? ¿Sería el mesías – como pretenden algunos grupos judíos ahora – que derrotaría a los gentiles y los convertiría en esclavos de los judíos? ¿Sería el mesías que bendeciría a un sector de Israel sobre el conjunto del pueblo y procedería a exterminar a los no-judíos y también a los judíos heterodoxos? Reconózcase que la pregunta no es de escasa entidad. Cuando Jesús preguntó a sus discípulos quiénes decían las gentes que eran como prólogo para indagar qué decían ellos al respecto, la respuesta de Pedro fue clara y terminante: Jesús era el mesías de Dios (9: 20). Jesús inmediatamente salió al paso de cualquier interpretación errada sobre su mesianidad señalando, primero, a sus discípulos que no dijeran a nadie que era el mesías (9: 21) y dejando, a continuación, de manifiesto el tipo de mesías que sería: el mesías sufriente que había de morir tras ser desechado por las autoridades religiosas de Israel, pero que se levantaría al tercer día (9: 22).
Si algo caracteriza la predicación del cristianismo primitivo es su afirmación de que Dios no tiene sino que es amor (I Juan 4: 8). Ese amor no emana de un dios-papá Noel que tolera cualquier acción de los seres humanos. Semejante visión empequeñece ridículamente el mensaje del evangelio. Igualmente los que creen que la salvación deriva de los propios méritos o de las propias obras no pueden entender ni lejanamente a cabalidad el amor de Dios. Ésta es posible sólo por pura gracia, no por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2: 8-9). Y es que el amor de Dios fue muy costoso y, a la vez, justo porque Dios jamás renuncia a la justicia como si fuera un abuelito estúpidamente benevolente. Dios no podía pasar por alto nuestros pecados y, de hecho, Su amor se manifiesta en que cuando éramos Sus enemigos envió a Su Hijo Jesús a morir en sacrificio expiatorio por el pecado (Romanos 5: 8-11). Fue el mesías el que pagó con su sangre la salvación. Como enseña la Biblia, somos justificados por la fe no porque la fe sea una especie de obra – sólo un ignorante puede realizar esa afirmación – sino por que la fe es la vía por la que recibimos el sacrificio del mesías en la cruz y así somos justificados por la justicia de Jesús (Romanos 5: 1).
Para terminar la temporada, hoy Lorenzo Ramírez realizará una entrevista especial a César Vidal que nos lo contará todo sobre su último: "Un mundo que cambia": http://bit.ly/unmundoquecambia
Las noticias económicas del día con César Vidal y Lorenzo Ramírez.
Las noticias del día con César Vidal y María Jesús Alfaya.