El jueves 23 de noviembre será una jornada dedicada especialmente a los medios. Ha quedado más que confirmado el revuelo que se ha producido en la República Dominicana tras mi intervención ante los legisladores.
Fue hace seis años. En el programa de radio que dirigía entonces entregué un premio – el Camachuelo trompetero - a un personaje que se había caracterizado por su extraordinario valor cívico. En paralelo, fuera había gente que vociferaba insultándonos y lanzando vivas a ETA. Lo grave del asunto es que nos encontrábamos no en Mondragón o en Eibar sino en una localidad de Murcia.
En 1860, Gran Bretaña consiguió imponer a China la entrada libre de opio en su territorio. China había intentado resistirse, pero, tras dos derrotas bélicas, se vio obligada a aceptar un veneno en forma de droga que sólo beneficiaba a poderes exteriores.
Hay momentos especialmente difíciles en esta vida. Yo los he vivido y estoy convencido de que los que lean estas líneas habrán pasado por experiencias iguales o peores. La pérdida de un ser querido, la enfermedad, la desgracia económica, la soledad, la incomprensión, la ignorancia sobre el camino que hay que seguir en los peores momentos son sólo algunos ejemplos.
A pesar de la importancia de las conferencias que he ido dictando en días anteriores, realmente lo más relevante de mi visita a Argentina es mi participación en el Congreso de la Biblia que se inicia el día 15 y que ha sido impulsado por la Sociedad Bíblica Argentina.