De manera que a no pocos les sorprenderá, el Predicador, Qohelet,también señala la vanidad de la religión debajo del sol. Incide así en un principio que suele ser pasado por alto por muchos, pero que se repite una y otra vez a lo largo de la Biblia: una cosa es la relación con Dios y otra – bien diferente – la religión.
Como Alcalá-Zamora, Azaña pertenecía al grupo de políticos monárquicos desengañados que no habían visto otra salida para regenerar España que la república. La república que no la democracia.
En las semanas anteriores, en sucesivas entregas, he ido desgranando la realidad histórica de los resultados de la conquista del Perú y del final del imperio inca.
Estamos a inicios de agosto y ya hemos llegado al setenta y cinco por ciento del crowdfunding. Confieso que mis sentimientos son encontrados ante esta cifra cuando nos queda algo más de 25 días para llegar al final del plazo.
Durante meses, se estuvo dando por descontado que el ministro de Guindos acabaría a la cabeza del Eurogrupo.
Si el predicador ha dedicado los dos primeros capítulos a mostrar la vaciedad de la búsqueda de la sabiduría y del disfrute material “bajo el sol”, los capítulos 3 y 4 abordan un tema especialmente sensible como es el de la injusticia.