En 1229, sobre una tierra esquilmada, se estableció la Inquisición[1]. Sin embargo, ni la tortura, ni el terror ni las hogueras lograron extirpar a los cátaros. En 1235, el concilio de Narbona decretó nuevas penas contra los herejes. Su resultado fue limitado. Todavía en 1243, algunos de ellos se dispusieron…