De entre los grandes dramas que caracterizaron de manera espantosa el siglo XX, el Holocausto ocupa un lugar de trágica importancia.
A partir de la muerte de Esteban (Hch 8, 1ss) se desencadenó una persecución contra los seguidores de Jesús de la que no estuvo ausente una violencia a la que no cabe atribuir otra finalidad que el puro y simple exterminio de un movimiento que estaba demostrando una capacidad de resistencia considerablemente mayor de lo esperado.
En el año cuarto del reinado de Darío, el persa, a los cuatro días del mes noveno, Zacarías volvió a recibir un mensaje de Dios. La ocasión era muy importante porque el pueblo judío que había regresado del exilio estaba pidiendo consejo a los sacerdotes sobre lo que debían hacer para obtener el favor de Dios en unos tiempos especialmente difíciles (7: 2).
Las primaveras árabes constituyen uno de los peores ejemplos de subversión padecidos por la Humanidad en décadas. Diseñadas al estilo de las revoluciones de colores con las que se intentó cercar a Rusia apelando a la supuesta sed de democracia, las primaveras árabes tan sólo pretendían sustituir poderes independientes por otros, presuntamente, más sumisos.
Muchos recordarán aquella escena excelsa de esa película grandiosa titulada El hombre que pudo reinar, cuando el sargento encarnado por Sean Connery rechaza que los habitantes de Kafiristán lo tomen a él y a su compañero de aventuras por dioses y añade a continuación: “Pero somos ingleses que es casi lo mismo”.
La reciente resolución de las Naciones Unidas que, entre otras cuestiones, se refiere a los asentamientos israelíes en los territorios ocupados, ha provocado una reacción extraordinaria en ambientes políticos y mediáticos. La razón fundamental es que Estados Unidos, en lugar de vetar la resolución, se abstuvo permitiendo que ésta fuera aprobada por práctica unanimidad.
Pasaron las Navidades, el Año Nuevo y Reyes y ya estamos, gracias a Dios, de vuelta. Los sentimientos se me arremolinan y son encontrados. Tengo la penosa sensación de que no voy a poder darles muchas buenas noticias en este año de 2017 y por eso quiero comenzar con algunas buenas.
Ya estamos en 2017 y, como en otras ocasiones, me permito brindarles unas sugerencias para los próximos doce meses.
Se acerca el fin de este año 2016 y, como la mayoría de los mortales, tengo algunas ilusiones respecto al 2017. He de reconocer que he intentado circunscribirlas al terreno del realismo para procurar no llevarme desilusión alguna. Quisiera darles algunos ejemplos de esas esperanzas que son – me consta -modestas.