Hace dos semanas nos referimos a la división del Tanaj o Antiguo Testamento en distintas secciones. Esta semana comenzamos a analizar de manera un poco más pormenorizada su primer libro que es también el primero de la Biblia. En las Biblias judías aparece nombrado con la primera palabra del original hebreo – Bereshit – que significa En el principio. En las cristianas, es denominado Génesis o principio, un título más que adecuado porque el libro relata el inicio de la creación, del género humano, de la redención tras la Caída y del pueblo de Israel.
Toda la vida de Alfonso VIII de Castilla se movió entre el sufrimiento y la zozobra. Hijo de Sancho III el Deseado de Castilla y de Blanca Garcés de Pamplona, tenía sólo tres años cuando en 1158 falleció su padre.
Me quedo consternado al verla. Lleva unas gafas oscuras y presenta signos de haber llorado. Le pregunto si algo va mal. Hace años que cerró la empresa que tenía en España asfixiada por los impuestos y, para colmo, lo ahorrado durante décadas apenas le dio para pagar las indemnizaciones de los empleados.
Sucedió hace más de una década. Colaboraba yo en un programa de televisión y la directora nos convenció a tres de los contertulios para que nos disfrazáramos de Reyes Magos en un especial navideño. Yo - que sin gafas no veía tres en un camello – estuve a punto de caerme por unas escaleras.
El islam español demostró desde sus inicios una exasperante incapacidad para crear un sistema político estable. Se diga lo que se diga, los bereberes odiaban a los sirios, los sirios aborrecían a los árabes, los árabes se enfrentaban entre si y los maulas, es decir, los españoles que habían abrazado el islam los detestaban a todos.
En medio de una situación que empeoraba a ojos vista resultó de especial relevancia el comportamiento de los dominicos como denunciantes de Lutero. El 14 de marzo, el agustino había predicado un sermón sobre el abuso de poder que se producía en la práctica de la excomunión. Semejante hecho, como ya hemos señalado con anterioridad, es reconocido en la actualidad por los propios estudiosos católicos como Lortz, pero, a la sazón, dejaba expuesto un flanco peligroso por el que atacar a Lutero.
La semana pasada expliqué el contenido del Antiguo Testamento o Tanaj. Sé que no es cosa fácil para los que apenas se han acercado a él, pero confío en que durante las próximas semanas iremos desgranándolo poco a poco – ya saben ustedes una semana, antiguo y otra nuevo – y que también, poco a poco, todo se hará comprensible.
Tras la muerte de Almanzor, el islam español estalló en una serie de unidades políticas denominadas convencionalmente reinos de taifas. Escasa perdurabilidad hubieran tenido, a pesar de su refinamiento cultural, de no ser por la llegada de sucesivas invasiones de integristas islámicos procedentes del norte de África.
Se ha cumplido estos días el cincuenta aniversario de la muerte de Cole Porter y confieso que la fecha me ha llenado de melancolía. Porter era un compositor extraordinario no sólo por su fecundidad – mil canciones, nota arriba, nota abajo – sino también por su lenguaje y su capacidad de versificación. Incluso su melodía más sencilla demuestra un dominio del idioma realmente pasmoso, amén de una capacidad para la diversificación casi sobrecogedora.