Julio del año pasado. Primarias presidenciales del partido demócrata. A la cabeza, el socialista Bernie Sanders y un Biden, antiguo vicepresidente de Obama. En las horas anteriores, la senadora de California Kamala Harris sonaba no mucho, pero sí, algo.
El pasado 25 de mayo, un delincuente con abundantes antecedentes, incluido el de atraco a mano armada contra una embarazada, falleció tras su detención por policías de Minneapolis.
Este verano no se puede decir que haya tenido vacaciones porque, entre unos y otros – a lo mejor, lo cuento – no me han dejado descansar un solo día. Aún así, he tenido espacio para leer más y para ver películas y series. Una de las primeras que vi fue Curro Jiménez. Para gente joven, Curro Jiménez no significa nada, pero aquellos que éramos adolescentes a finales de los setenta fue un personaje emblemático. No sólo jóvenes, digámoslo claro. Recuerdo a una señora añosa a la que su marido daba muy mala vida y que decía continuamente que quién fuera el caballo de Curro Jiménez… saque cada cual sus conclusiones.
En la época de Franco, circulaba una historia seguramente apócrifa, pero muy reveladora. El dictador llegaba a un pueblo y los vecinos eran convocados delante del ayuntamiento para escuchar un discurso. Mientras la gente aclamaba a Franco, un sujeto aislado negaba con la cabeza, nada convencido de lo que escuchaba. Concluido el acto, el general convocaba al disidente y le preguntaba por las causas de su incredulidad. El hombre respondía que, por razones profesionales, viajaba mucho, que veía cómo estaba España y que le constaba que había una considerable distancia entre lo relatado en el discurso y la realidad nacional. Llegados a ese punto, Franco zanjaba la cuestión de manera directa: “Pues menos viajar y más leer la prensa”. Hace cuatro años, en esta misma tribuna, también en septiembre, anuncié que las elecciones las ganaría Trump y luego continué haciéndolo en los meses siguientes. Sí, ya sé que los medios decían todo lo contrario, pero, en contra de lo recomendado por Franco en el chiste, viajo más que leo la prensa. Además conozco el sistema de elección de Estados Unidos que, surgido de la separación estricta de poderes, es muy diferente al español. A día de hoy, de los compromisarios, Biden cuenta con seguridad con 171 frente a los 182 de los que ya dispone Trump. Si se estudia estado por estado – mejor, circunscripción por circunscripción - la horquilla de compromisarios da también vencedor a Trump tanto por el margen superior como por el inferior. Esta circunstancia, a día de hoy, puede cambiar de acuerdo con dos variables. La primera es que Biden no vaya a un debate contra Trump. Entonces una parte considerable del pueblo americano llegará a la conclusión de que está gagá o es un cobarde y el varapalo sufrido por Biden será mayor. La segunda es que se produzca una crisis de extraordinaria gravedad que pueda ser utilizada contra Trump e impedir la reelección. No es fácil, pero tampoco imposible. Por ejemplo, una invasión de extraterrestres no iría en contra del actual presidente sino que agruparía a los ciudadanos de Estados Unidos detrás de Trump para enfrentarse con la amenaza alienígena. A lo anterior, se suma la situación del orden público. Los antifas, los Black Lives Matter y los demócratas lo están intentando, pero, a estas alturas, cada desorden, cada revuelta, cada disturbio suma votos en favor de un Trump que capitaliza la consigna de ley y orden siquiera porque sus adversarios políticos pretenden, entre otras cosas, privar de fondos a la policía. Saquen ustedes conclusiones.
Que Melania Trump es una belleza resulta indiscutible. Que tiene una elegancia que no se encuentro ni lejanamente en las fotos o los videos de los medios españoles donde suele ser noticia que una jovenzuela enseña el traserillo es algo en lo que tampoco merece la pena detenerse.
Experimentos socialistas los ha habido a lo largo de la Historia. Uno de ellos, por cierto, lo implantaron – mira tu qué casualidad – los jesuitas. Como suele pasar siempre, una élite situada arriba ordenaba – y recurría a la violencia – para imponerse sobre la mayoría de debajo. Luego la Historia siempre se puede contar de manera falsa y panfletaria como pasaba con la película La misión que es una pieza de propaganda todavía más descarada que el Octubre de Eisenstein. Con todo, el primer estado socialista fue posterior y, curiosamente, en contra de lo que pensaba Marx no apareció ni en Alemania ni en Gran Bretaña. De él hablo en esta entrega. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aunque suele pensarse que la idea de justicia es universal, la realidad es que universal es la palabra, pero no el contenido. Consideré, por eso, necesario examinar lo que la Biblia cuenta sobre la justicia. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
La segunda ponencia estuvo relacionada con el inicio del socialismo. Tiene su interés, ya lo verán. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Guardo muy buen recuerdo de este seminario que impartí para unos jóvenes de Perú. Comencé por la política y los cristianos, un tema bien confuso desde el siglo IV y el enmaridamiento de la iglesia con Constantino. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!