Señalaba en mi último artículo que los medios están tan focalizados en las acciones deplorables de Maduro que pasan por alto las responsabilidades enormes de los partidos históricos y de la oposición en el triunfo de Chávez y en sus repetidos éxitos electorales. Durante años no sorprende que así fuera.
Leí, por primera vez, El banquete en griego. Aquel año, en clase, habían decidido que nos dedicáramos a traducir a Platón y así lo hicimos algunos - ciertamente, no todos - porque, con la pésima calidad de la enseñanza dispensada, la mayoría no sabía por dónde hincarle el diente al texto.
Los terribles acontecimientos de Venezuela ocupan un espacio más que justificado en los medios. Con todo, en no pocas ocasiones, la parcialidad es tal que se pasan por alto factores de notable importancia. No deja de ser una circunstancia llamativa porque, sin considerarlos, difícilmente se puede diagnosticar de manera correcta donde está en estos momentos y hacia donde puede ir Venezuela.
La vida en Miami tiene alicientes especiales. Uno de ellos es las visitas que recibo de gente de fuera. Buena parte de ellos son españoles que pasan por el sur de la Florida y deciden visitarme para que les firme alguno de mis libros, para estrecharme la mano o incluso para traerme comida española.
Se cuenta que, a media noche, un granjero y una maestra, una prostituta y un predicador iban en un autobús que se dirigía a México. Uno iba de vacaciones, la segunda en busca de una educación superior y los otros dos buscaban – aunque de maneras distintas - almas perdidas.
Me encuentro en el metro de Shanghai y reparo en la lectura de la jovencita que está sentada a mi lado. Se trata de la Biblia. Está leyendo el libro de los salmos y observo que sobre el texto, ha trazado incluso algunas notas. Le pregunto si es cristiana. Con una sonrisa tímida, asiente.
La manera en que el régimen chino ha conseguido integrar la Historia pasada con la presente resulta verdaderamente prodigiosa. Mientras en España, Franco sigue vivo gracias a la izquierda y a los nacionalistas – la derecha lleva décadas intentado que se olviden del dictador – en China, han optado por la fórmula de que Mao acertó en el setenta por ciento y se equivocó en el treinta y han seguido hacia adelante.
La literatura china es muy poco conocida. Alguno me dirá que si en España no se lee a Cervantes tampoco debería extrañarnos.
Hace pocos días, con inmenso pesar me enteré de la muerte de LUIS MANUEL MARTINEZ SIERRA. Para los paseantes por mis muros era una presencia habitual y Elvira inmediatamente captó la noticia y me la comunicó.