El Régimen de Franco estaba dando las postreras boqueadas y, tras las últimas ejecuciones, en lugar de la habitual pasividad de Europa, España sufrió una reedición del bloqueo de los años cuarenta. En el ensañamiento destacó México cuyo presidente era responsable directo de la muerte de numerosos estudiantes en el curso de una manifestación, pero, a la vez, se sentía legitimado para cuestionar la condena a muerte de algunos terroristas. El Régimen actuó de la misma manera que, tras la segunda guerra mundial, es decir, culpando de todo a comunistas, judíos y masones y organizando una macromanifestación de adhesión a Franco. En una de las pancartas podía leerse: “México, Francia y Holanda son los chicos de la banda”.
Terminé la primera parte de este artículo señalando cómo el pacto de la NATO, a pesar de los beneficios derivados para Estados Unidos como hegemón y para Europa como conjunto de naciones descargadas de ciertas obligaciones, ha pasado por algunas épocas delicadas.
Si algo ha dejado de manifiesto el primer periplo mundial del presidente Trump es la enorme diferencia entre los pensamientos de millones de norteamericanos medios y la realidad política mundial.
Kate Hankey era miembro de una familia de acaudalados banqueros ingleses. Sin embargo, desde muy joven manifestó un enorme deseo de compartir el evangelio con otras personas y comenzó a organizar clases de escuela dominical para gente acomodada y pobre por toda la ciudad de Londres. Aquellas clases tuvieron una repercusión enorme en la vida de la urbe hasta el punto de que no pocos de los jóvenes que acudían a las clases comenzaron a su vez a comunicar el Evangelio a otros.
Los seguidores de esta página deberán disculparme esta semana porque sustituyo el Estudio bíblico habitual por un conversatorio sobre el Quinto centenario de la Reforma.
Cuando se dirige la vista a distintos lugares del globo en los que existen sistemas más o menos democráticos, se percibe un creciente desengaño de sectores importantes de la población.