Este viernes no tenemos podcast. Espero que ustedes me lo perdonarán porque, en su sustitución, cuelgo el video del encuentro que mantuve con algunos de los amigos de Facebook el 1 de junio. Lo mejor fueron los amigos. La grabación tiene algún defectillo, pero merece la pena y en ella las preguntas resultaron lo más interesante. Ya lo verán.
En el curso de la Guerra fría, Estados Unidos disfrutó del monopolio del arma nuclear durante casi un lustro y de una superioridad absoluta hasta la desaparición de la URSS. Esa ventaja fue esgrimida por algunos geo-estrategas para justificar la utilización de la bomba atómica incluso en ataques preventivos que llevaran a una derrota militar de la URSS.
El viernes de la semana pasada, como despedida para mi hija Lara, los dos fuimos a una de las representaciones del teatro Karpas de Madrid. Decir que salimos más que satisfechos es poco. Salimos encantados. El trabajo que Manuel Carcedo y su compañía realizan desde hace años es, con diferencia, de lo mejor que puede verse en toda España. Lo mismo si se trata de un espectáculo infantil que de la recuperación de clásicos como La Celestina, Lope de Vega, Jardiel Poncela o Lorca, el resultado es magnífico. Todo ello a pesar de que el 21 por ciento de IVA perpetrado por el ministro Montoro ha colocado la cultura teatral al borde del abismo en nuestra querida España. Me faltan palabras para encomiar la labor extraordinaria de estos teatros, de pequeñas dimensiones pero grandísima calidad, que siguen sobreviviendo contra el viento de la incultura de años y la marea montoriana. He decidido por ello incluir una entrevista con el director de Karpas. Tras ella, aparece el repertorio que ahora tienen en cartel y un enlace. Sinceramente: no se lo pierdan.
La Segunda guerra mundial experimentó un giro radical a las cuatro de la madrugada del 22 de junio de 1941 cuando Hitler invadió la URSS. Hasta entonces, las fulgurantes victorias de la Wehrmacht habían sido simples preliminares de la batalla hacia el Este que el Führer venía preconizando desde Mein Kampf. Para Gran Bretaña, la resistencia de la URSS resultaba esencial y para Estados Unidos – que entró en el conflicto en diciembre del mismo año – no lo fue menos. Sin embargo, la URSS no deseaba cargar prácticamente a solas con el peso del conflicto.
Cuando Estados Unidos entró en la segunda guerra mundial entre los afectados por el conflicto se encontraba un indio cherokee llamado Obie Phillis. La época era difícil y – lo que resultaba peor – nadie podía afirmar si no acabaría derivando hacia algo muchísimo peor.
El mundo parecía haber perdido el norte y sólo podían presagiarse calamidades. Phillis era, sin embargo, un cristiano convencido y decidió escribir una canción con una melodía alegre y, sobre todo, un mensaje de esperanza. El tema afirmaba que Dios tiene todo el mundo en Sus manos. Ciertamente, lo que vemos en derredor nos sobrecoge y no cuesta mucho imaginarse un futuro horripilante, pero, en realidad, Dios no pierde el control de lo que sucede. Nada, absolutamente nada, carece de propósito o razón por espantoso que pueda resultar. Nada, absolutamente nada, está desprovisto de sentido. Nada, absolutamente nada, se ve privado de causa.
Intenté expresar ese mismo pensamiento en la primera parte de mi novela La ciudad del azahar y, con el paso del tiempo, cada vez estoy más convencido de él. Hasta lo peor de nuestras vidas puede resultar beneficioso y útil si sabemos ver que El tiene todo en Sus manos.
La canción hace unos años se utilizó como melodía de un anuncio en España, pero – creo que lo entenderán – he preferido optar por la versión clásica de Laurie London. Por cierto, me permito recordarles que el domingo día 8, estaré firmando en la Feria del libro de 12 a 2, en la caseta del Corte inglés. Espero que la firma sea tan buena, como mínimo, como las dos de la semana pasada, pero si no fuera así… bueno, El tiene todo el mundo en Sus manos. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Y aquí viene Laurie London
Los días desde mi llegada han ido transcurriendo plácida y fructíferamente. Ya comenté lo que habían sido las dos firmas del fin de semana y también el encuentro con paseantes de Facebook.
Incluyo ahora una entrevista magnífica que Chinchetru me realizó para Periodista digital. Chinchetru tiene una ventaja enorme sobre otras personas y es que se ha leído mi libroHistoria secreta de la iglesia católica en España. Otros han podido atacarlo, vilipendiarlo e injuriarlo, pero como no se lo han leído tan sólo han hecho el ridículo. Chinchetru se lo había leído de manera concienzuda – doy fe de que su copia del libro tenía docenas de marcas – y la entrevista es buena porque parte del rigor y de la profesionalidad. Nunca he podido entender a los que condenan una película, un libro, una obra de teatro sin leerlo antes. El hecho de que se jacten de ello – además de fanáticos, presuntuosos – no evita que sea una falta grave de honradez intelectual. No evita esa triste circunstancia el hecho de que el que lo haga sea, por ejemplo, un cura que lleva una peluca de esas que, como diría mi abuela materna, se tira a las tapias. Como Chinchetru es un buen profesional, la entrevista ha salido bien. Es mérito suyo y los que la contemplen ahora lo comprobarán.
Pero tengo algunos anuncios más. El primero es recordar a la gente que este domingo, Dios mediante, tendré una nueva firma en la Feria del libro de Madrid, tal y como ya señalé. Será de 12 a 2 del mediodía. Espero verlos a todos y poder charlar de tantas cosas, incluida la abdicación del rey.
El segundo es que resulta posible que pueda ir a firmas de mis libros en Zaragoza, Valencia y Sevilla. En lo que esto se teje o no, agradecería a los paseantes de este muro de esas ciudades o sus cercanías si estarían interesados en asistir a esas firmas.
Nada más de momento. Sigo en manos de médicos, pero de ello ya hablaré otro día. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!