La salida de Iraguato ha sido realmente emotiva. Me voy con pena. Han sido unos días tan gratos, unas conversaciones tan extraordinarias, unos proyectos tan conmovedores que sólo puedo dar gracias a Dios, primero, y luego a esta gente estupenda.
Me recoge en el aeropuerto – ya he perdido la cuenta de los vuelos internos que llevo por los cielos de México – Elimelec Villicaña.
Mientras ando con este periplo mexicano, estoy intentando dejarles con algunos libros que les ilustren el paso por estas tierras.
Si Monterrey fue una experiencia breve e intensa – y primera porque es más que posible que vuelva incluso antes de que acabe el año – Saltillo va a ser todavía más intensa y dilatada.
La semana pasada el Diario de las Américas publicaba este artículo. Deseo compartirlo con ustedes. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
El segundo viaje misionero (XIV): las cartas a los Corintio(I): Una correspondencia incompleta
El libro del Apocalipsis en su capítulo 4 permite atisbar lo que significa estar cerca del trono de Dios. En su último versículo, el 11, incluso señala que Dios es digno de recibir la honra, la gloria y la alabanza porque es el Creador.
La semana pasada tuve el honor de participar en un Foro sobre el radicalismo islámico en Hispanoamérica que convocó el Instituto interamericano para la democracia.
Nada más terminar mi última exposición en Chapala, comienzo a despedirme de los presentes. En ese momento, llega otro grupo. Estoy a punto de salir cuando uno de ellos se me acerca y me pregunta si soy César Vidal, el escritor español.
No estoy en absoluto seguro de que la política en México sea más corrupta que en España – quizá sí puede ser más violenta – pero es verdad que la visión crítica de la misma está más extendida.