En los últimos tiempos, los nacionalistas catalanes andan empeñados en obligar al gobierno español a disculparse por la ejecución de Lluis Companys, presidente de la Generalidad.
A algunos les podrá parecer llamativo, pero desde hace años me llaman desde Washington y desde otros lugares de Estados Unidos para hablar sobre la Hispanidad.
Corría el año 1967 y más concretamente el domingo 8 de octubre cuando Félix Ismael Rodríguez, un exiliado cubano que servía en la CIA y estaba destinado en Bolivia, recibió la noticia de que habían capturado a un guerrillero en la zona de La Higuera.
Señalaba en mi anterior entrega como, prácticamente a diario, se escuchan voces que insisten en futuras intervenciones humanitarias que, supuestamente, traerían la paz y la democracia a ciertos puntos calientes del globo.
Hace unos días, se cumplió el cuadragésimo aniversario de las primeras elecciones democráticas en España. Empeñados andan en presentar cuadros rosados o negros de lo que fue aquel momento histórico.
Una mañana de domingo como la de ayer, unas mujeres se dirigieron hacia el sepulcro de un hombre al que habían admirado, seguido y amado durante los últimos años.
El 11-M marca un antes y un después en la Historia de España. También en la mía personal porque esas bombas me despertaron – vivía entonces cerca de la estación del AVE en Madrid – y porque nunca me olvidaré de las noticias que se fueron difundiendo lo largo del…