En 1941, el Cuñadísimo Ramón Serrano Suñer apoyó el envío de tropas españolas al frente del Este pronunciando un famoso “¡Rusia es culpable!”. El discurso de Serrano Suñer achacaba directamente a Rusia nada menos que episodios trágicos como el estallido de la guerra civil española o el fusilamiento de José…
En la última entrega me referí a algunas de las características de la revolución bolchevique, características que se exportaron en 1937 a España, después de 1946 a Europa oriental y Asia y tras 1958, a Hispanoamérica.
Hay ocasiones en la vida en que parece que no existe ningún camino por el que transitar. Todo se bloquea, todo queda encajonado, todo parece detenido de manera desesperante.
El estudio de la Revolución rusa ha sido objeto de mi estudio continuado desde hace más de cuarenta años. Me acerqué a ella en primer lugar no a través de los autores marxistas o de la militancia en la izquierda sino de la lectura de disidentes como Pasternak o Solzhenitsyn.
En los últimos tiempos, los nacionalistas catalanes andan empeñados en obligar al gobierno español a disculparse por la ejecución de Lluis Companys, presidente de la Generalidad.
Frecuentemente, me preguntan por películas sobre la Reforma o, al menos, sobre Lutero. Haberlas, haylas y algunas muy buenas, pero, a mi juicio, la mejor es el Lutero de 1953.
En los últimos tiempos, una jovencita ha publicado un best seller en Italia hablando de la importancia de estudiar griego. Soy absolutamente sincero al decir que no me sorprende.
¡Qué frágil es la reputación, en especial, la de pueblos y sociedades! En 1868, España provocó la admiración mundial al destronar incruentamente a Isabel II.