La última carta escrita por Pablo en cautividad fue la dirigida a los filipenses. Como en el caso de Gálatas o de Filemón, se trata de un escrito profundamente personal en el que uno casi puede imaginar al anciano y cautivo Pablo dirigiéndose a sus hermanos de Filipos.
Muy parecida a la carta a los colosenses es la que figura en el Nuevo Testamento como Epístola a los efesios. Algunos autores la han identificado con la carta a los laodicenses que anuncia Pablo en Colosenses 4, 16 y la posibilidad no puede descartarse.
En los estudios siguientes, vamos a entrar en los dos años que duró el período de cautividad de Pablo en Roma, pero antes resulta obligado referirnos a la comunidad cristiana existente en esta ciudad.