Se cuenta que, a media noche, un granjero y una maestra, una prostituta y un predicador iban en un autobús que se dirigía a México. Uno iba de vacaciones, la segunda en busca de una educación superior y los otros dos buscaban – aunque de maneras distintas - almas perdidas.
Me encuentro en el metro de Shanghai y reparo en la lectura de la jovencita que está sentada a mi lado. Se trata de la Biblia. Está leyendo el libro de los salmos y observo que sobre el texto, ha trazado incluso algunas notas. Le pregunto si es cristiana. Con una sonrisa tímida, asiente.
La manera en que el régimen chino ha conseguido integrar la Historia pasada con la presente resulta verdaderamente prodigiosa. Mientras en España, Franco sigue vivo gracias a la izquierda y a los nacionalistas – la derecha lleva décadas intentado que se olviden del dictador – en China, han optado por la fórmula de que Mao acertó en el setenta por ciento y se equivocó en el treinta y han seguido hacia adelante.
La literatura china es muy poco conocida. Alguno me dirá que si en España no se lee a Cervantes tampoco debería extrañarnos.
Hace pocos días, con inmenso pesar me enteré de la muerte de LUIS MANUEL MARTINEZ SIERRA. Para los paseantes por mis muros era una presencia habitual y Elvira inmediatamente captó la noticia y me la comunicó.
A estas alturas de la Historia, nadie se atreve a cuestionar la democracia. No es que todos crean en ella porque no hay más que ver los planes de algunos que andan cerca para ver que la democracia y ellos son como el agua y el aceite.
Jesús señaló que cuando alguien desee comunicarse con Dios no necesita elevar catedrales, ni construir templos aparatosos, ni pensar que lo hallará en encuadres especiales.
Lara – a la que tengo el privilegio de disfrutar como guía en Shanghai – ha insistido en que dediquemos una tarde a visitar Tian zi fang.