Consigue ahora todos los libros de César Vidal en Amazon, pulsa aquí para comprar.
Jueves, 19 de Septiembre de 2024
César Vidal

César Vidal

Los libros sapienciales (I): Job (I)

Viernes, 3 de Abril de 2015
El libro de Job inicia en las Biblias cristianas una sección que se conoce convencionalmente como “sapienciales”, es decir, textos relacionados con la sabiduría. Que el primero sea Job tiene no poca lógica y eso por varias razones.

Godoy, el valido ilustrado

Jueves, 2 de Abril de 2015

Pocos políticos españoles han sido más injuriados y con más injusticia que Manuel Godoy y Álvarez de Faria. Las razones del encono hay que buscarlas, como tantas veces, en la envidia y el resentimiento.

China (y V): Wai ru nei fa

Miércoles, 1 de Abril de 2015
La caída de la Unión soviética provocó la aparición de obras de autocomplacencia en que se cantó la derrota final absoluto del comunismo y el avance incontenible de la democracia.

De César Vidal se podría decir aquello de «humani nihil a me alienum puto». Periodista, abogado, historiador, locutor, novelista, este madrileño del 58 vuelve a la carga con un tema muy de actualidad. En «El traje del emperador», premio Stella Maris de Ensayo, revisita la Transición y se pregunta si ha fracasado el gran pacto de Estado.

El sufrido votante español

Lunes, 30 de Marzo de 2015

​Lo decía Fernando Esteso en una de las películas emblemáticas de la Transición: ¿de qué podían tener miedo los españoles si en tan solo dos años ya habían votado cinco veces? Tras la ironía, muy del estilo de Mariano Ozores, se percibía una realidad nada positiva que ha marcado el sistema político español surgido tras el final de la dictadura de Franco.

Entre las doctrinas bíblicas que la iglesia católico-romana atacó más encarnizadamente se encuentra la de la justificación por la fe sin las obras. Hay varias razones para ello.

Long Black Train

Sábado, 28 de Marzo de 2015

Era un cantante de un grupo góspel y disfrutaba alabando a Dios. Sin embargo, de la manera más inesperada, en su garganta encontraron unas manchas que advertían que su existencia pendía de un hilo. Incluso si salvaban su vida, no podría cantar y tampoco quedaba nada claro que fuera capaz de hablar.

Los libros históricos (XII): Esther

Viernes, 27 de Marzo de 2015
No todos los judíos exiliados en Babilonia regresaron – como Zorobabel, Esdras y Nehemías – a su solar patrio. A decir verdad, no fueron pocos los que consideraron que dar ese paso constituía una señal de imprudencia y más cuando la vida resultaba placentera en el suelo donde estaban asentados.

Esta circunstancia suele ser poco conocida y muchos creen que la Diáspora judía se inició con el final del Segundo Templo en el año 70 d. de C., A decir verdad, comenzó en el siglo VI a. de C., con la deportación a Babilonia ya que desde entonces la mayoría de los judíos no ha vivido en su tierra. En la época de Jesús, por ejemplo, sólo un tercio vivía en Erets Israel mientras que dos terceras partes se hallaban en el exterior y esa situación no ha cambiado ni siquiera con la fundación en 1948 del estado de Israel. Esther nos relata un episodio de la vida de los judíos en la Diáspora – en este caso en el imperio persa – dejando de manifiesto cómo, al igual que sucedería en los siglos venideros, podía alcanzar cotas muy relevantes de poder e influencia y, a la vez, sufrir de inmensa fragilidad.

La historia se desarrolló durante el reinado del persa Asuero al que conocemos mejor por el nombre de Jerjes y su participación en la segunda guerra médica donde, por ejemplo, aplastó a los 300 de Leónidas en las Termópilas, pero fue derrotado por los atenienses en Salamina. De manera bien reveladora, Jerjes no toleró que su esposa Vasti no acudiera cuando la llamó para participar en una fiesta y se divorció de ella (c. 1). En algunas sociedades, como la española, donde se contempla muchas veces como un hecho normal que la esposa se ría del marido delante de otras personas realizando comentarios burlones, la posición de Jerjes puede parecer extrema, pero lo cierto es que los persas se tomaban muy en serio el respeto entre cónyuges y el rey de forma aún más acentuada si cabe. Sea como sea, el rey decidió buscarse otra esposa y, tras un cuidado escrutinio de las mujeres de su reino, eligió a una judía llamada Esther (c. 2). La elección vino propiciada por el hecho de que uno de los personajes más relevantes de la corte era un judío llamado Mardoqueo - un hijo del tío de Esther – que adelantó su candidatura.

Como en tantas ocasiones a lo largo de la Historia – la Europa católica de la Edad Media es uno de los ejemplos más claros – los judíos de corte se encontraban en una situación peculiar. Por un lado, habían alcanzado una posición que solía deberse a sus méritos y mejor preparación; pero, por otro, esa circunstancia provocaba envidias y odios. Si en España, obispos, nobles, frailes y pueblo llano andaban a la espera de que el judío cayera para mover a la casilla vacía a uno de los suyos; en Persia, existía un personaje llamado Amán que deseaba exactamente lo mismo (c. 3). Los argumentos dados por Amán (3: 8) al rey de Persia fueron repetidos durante el Medievo por frailes, obispos y papas a nobles y monarcas. Los judíos son gente que tiene sus propias leyes, que no guardan la legislación del país y que no benefician a nadie. En ocasiones, semejantes acciones acababan con la expulsión, con normas discriminatorias o confiscatorias o con baños de sangre. Amán estaba determinado a lo último y no le debió costar convencer a un rey que había sufrido un durísimo revés contra unos extranjeros llamados griegos. Como en tantas crisis, el nacionalismo – y el odio al otro – pareció una buena salida.

En medio de esa situación extremadamente amenazadora, Mardoqueo acudió a su prima Esther. La muchacha no experimentó precisamente alegría al escuchar a Mardoqueo. Era plenamente consciente de que su situación privilegiada peligraría (4: 10-11) y quien podía asegurar que no le sucedería algo peor. A lo largo de la Historia no son pocos los judíos – y los cristianos – que ante una situación de riesgo para su pueblo han preferido confundirse con el paisaje a la espera de verse libres de la desgracia. Pero la respuesta de Mardoqueo no pudo ser más clara. Más tarde o más temprano, Esther y su familia acabarían pereciendo ante planes semejantes. Efectivamente, los judíos que pensaron escapar de la persecución en la España de los Reyes Católicos convirtiéndose en católicos no tardaron en darse cuenta de que su sangre era impura en términos legales y de que eran objetivos privilegiados de la Inquisición. Cuando algunos incluso abrazaron la Reforma en el siglo XVI su destino ya fue directamente la hoguera. No, volver la mirada hacia otro lado a la espera de que todo amaine no siempre – juicios morales aparte - da resultado. Pero además existe otro factor que Mardoqueo le señaló a Esther. En esta vida, lo que sucede tiene una razón de ser y esa razón de ser no suele ser nuestro mero disfrute. Esther era reina y gozaba de una posición envidiable, pero ¿qué le hacía pensar que había llegado hasta ahí para beneficio propio? Y ¿si todo se debía a que Dios la había colocado en ese puesto para salvar a Su pueblo? (3: 14).

Esther se sintió conmovida por aquellas palabras y pidió a Mardoqueo que los judíos comenzaran a orar con ella mientras se dirigía a un rey que era su esposo, pero que también podía ser su verdugo (4: 15-17). .

El resto del libro constituye una trama más que atractiva en la que Esther invita al rey y a Amán y consigue, no sin serios riesgos, ir abriendo el terreno para la liberación de su pueblo y el castigo del que había pensado aniquilarlo (c. 5, 6 y 7). Finalmente, el mismo Asuero decretaría la norma que permitiría que los judíos se pudieran defender (c. 8) y derrotar a sus enemigos (c. 9).

Todavía en la actualidad, los judíos siguen recordando la Historia de la liberación experimentada gracias a la valentía de Esther. Sin embargo, las lecciones del libro van mucho más allá. Entre ellas, sin duda la más importante es la que nos recuerda que no hemos aprendido una profesión, pasado a dirigir un medio, alcanzado una cualificación o desempeñado un trabajo o una ocupación fundamentalmente para nuestro único deleite o beneficio. En realidad, lo más seguro es que Dios nos haya situado allí para Sus propósitos y, precisamente por ello, debemos de estar más que gustosos de arriesgar su pérdida e incluso la de nuestra vida por El y por los demás. Como hizo Esther.

Carlos III, el rey ilustrado

Jueves, 26 de Marzo de 2015

Si hubiera que buscar una figura que simbolizara el siglo de las Luces en España, sin lugar a dudas, habría que decidirse por Carlos III.

China (IV): sin prisa y sin pausa

Miércoles, 25 de Marzo de 2015

​En el año 1973, se reunieron en París representantes de Estados Unidos y de Vietnam para entablar conversaciones con la finalidad de concluir la guerra. Los delegados norteamericanos reservaron habitaciones en un hotel para unas semanas; los vietnamitas, alquilaron una casa para dos años. El detalle puede parecer sin importancia, pero denota una noción del tiempo muy diferente.

Ahora es tendencia

Despegamos: Caza de brujas, rapto europeo, plan Draghi, trampa USA y la incógnita Trump - 16/09/24

Despegamos: Caza de brujas, rapto europe…

Sep 16, 2024 Puntuación: 0.00

Programa Completo de La Voz de César Vidal - 16/09/24

Programa Completo de La Voz de César Vid…

Sep 16, 2024 Puntuación: 0.00

Editorial: Cada mes 40.000 españoles huyen de España - 17/09/24

Editorial: Cada mes 40.000 españoles huy…

Sep 17, 2024 Puntuación: 0.00

Últimos Tuits