Si algo ha dejado de manifiesto el primer periplo mundial del presidente Trump es la enorme diferencia entre los pensamientos de millones de norteamericanos medios y la realidad política mundial.
Kate Hankey era miembro de una familia de acaudalados banqueros ingleses. Sin embargo, desde muy joven manifestó un enorme deseo de compartir el evangelio con otras personas y comenzó a organizar clases de escuela dominical para gente acomodada y pobre por toda la ciudad de Londres. Aquellas clases tuvieron una repercusión enorme en la vida de la urbe hasta el punto de que no pocos de los jóvenes que acudían a las clases comenzaron a su vez a comunicar el Evangelio a otros.
Los seguidores de esta página deberán disculparme esta semana porque sustituyo el Estudio bíblico habitual por un conversatorio sobre el Quinto centenario de la Reforma.
Cuando se dirige la vista a distintos lugares del globo en los que existen sistemas más o menos democráticos, se percibe un creciente desengaño de sectores importantes de la población.
Ustedes saben que esta sección sabatina la dedico a clásicos más o menos añosos aunque siempre bellos. Esta semana voy a hacer una excepción.