Si Oseas, al que dedicamos la última entrega, fue un profeta extraordinario, no puede decirse menos de su contemporáneo Amós. Ortega y Gasset lo definió como el intelectual en estado puro, pero habría que decir más bien que era un genio de la oratoria y, por encima de todo, un hombre entregado a Dios.
En el momento en que escribo estas líneas, a tan sólo seis días de funcionamiento, el crowdfunding para el programa La Voz está a punto de alcanzar el sesenta por ciento de su cuantía. Va bien, muy bien, aunque, obviamente, no podemos dormirnos en los laureles. De hecho, no dejan de llegarme consultas que voy a intentar responder aquí para beneficio de los que colaboraron con el pasado crowdfunding:
Algunos de ustedes ya lo sabían – por ejemplo, los participantes de un campus literario que todavía no me han pagado – pero era desconocido para no la mayoría. Llegó el momento de decirlo. He sido nombrado miembro de la Academia norteamericana de la lengua española.
Aunque constituye un tópico hablar de la basura que sale de la televisión, lo cierto es que existen espacios verdaderamente notables.
LOS PRIMEROS CRISTIANOS: LA COMPOSICIÓN ECONÓMICO-SOCIAL DEL JUDEO-CRISTIANISMO EN EL ISRAEL DEL SIGLO I (I): Las clases altas y medias
Hoy viernes, ha comenzado el segundo crowdfunding para la financiación del programa radiofónico La Voz. Como ustedes saben, el primer crowdfunding – que fue un éxito e hizo Historia – se vio tristemente malogrado al pretender una de las entidades colaboradoras quedarse con la mitad de lo recaudado. Semejante conducta – a mi juicio totalmente inaceptable – me llevó a solicitar que se devolviera el dinero a los donantes ya que no lo habían entregado para que fuera a un destino distinto del de pagar a los colaboradores de La Voz, colaboradores cuyos modestos emolumentos había cubierto de manera única y exclusiva quien ahora se dirige a ustedes. Esa fue mi posición y el paso del tiempo ha confirmado que no estaba equivocado.