¿Hay salida? (VIII): Mentir sí es un pecado y grave
Tal y como se rumoreaba, monseñor Blázquez ha sido elegido presidente de la Conferencia episcopal. No entro en las cuestiones de carácter religioso. Sí quiero detenerme en las repercusiones políticas del nombramiento porque, para maldición histórica de España, la iglesia católica es no una religión sino una religión y un estado y, como estado, tiene unos intereses que a España le han salido carísimos en no pocas ocasiones. Blázquez es, precisamente, uno de los ejemplos más claros al respecto. De hecho, es un ejemplo del respaldo de la iglesia católica a los nacionalismos catalán y vasco y de pasteleo bochornoso con la izquierda.
El deterioro creciente de la situación en Venezuela ha llevado a los más diversos analistas a preguntarse por la permanencia de Maduro al frente de la nación y por la supervivencia del chavismo. Ambas cuestiones son diferentes y no se encuentran tan relacionadas como puede parecer a primera vista.
ntre mis novelas, La noche de la tempestad siempre ha ocupado un lugar especial. Su trama parte de un hecho histórico concreto y es la manera tan extraña en que quedó configurado el testamento de Shakespeare. No sólo es que dejó todo a su primera hija sino que despreció claramente a su esposa y a los siguientes vástagos.