La Historia de España se vio trágicamente trastornada como consecuencia de la política matrimonial de los Reyes Católicos.
Se recuerdan estos días los setenta y cinco años del estreno en Atlanta, Georgia, de la versión cinematográfica de Lo que el viento se llevó. No es una conmemoración fácil en Estados Unidos porque, desde hace décadas, la película es considerada políticamente más que incorrecta.
El informe reciente del senado de los Estados Unidos ha colocado ha calificado como “brutal e ineficaz” el modo en que se comportó la CIA con reclusos aprehendidos en la denominada “guerra contra el terror”.
Quizá deba atribuirse a testarudez personal, pero, las tesis martilleadas por distintas agencias en el sentido de que Putin es un nuevo Stalin – como mínimo, zar – y de que los nacionalistas ucranianos son demócratas, no me convencen.
Escuché este negro spiritual cuando era sólo un niño y me dejó impresionado. No entendía su contenido, pero la forma musical, la distribución de las notas, la cadencia profunda me llegaron al corazón.
Precisamente por las características que señalamos la semana pasada, la importancia de la Torah es extraordinaria y puede afirmarse sin temor a la exageración que ha cambiado la historia.